MI PROPIO REVIEW SOBRE "MAN OF STEEL"
Me tome tiempo
para poder repasar y analizar lo que vi este jueves 13/06/2013.
Man of Steel se
estrenó de forma exitosa en Estados Unidos, transformándose en la película que
más dinero recaudó en su primer fin de semana durante el mes de junio en ese
país. En Argentina alcanzó más de 120 mil asistentes y en el mundo ya ha
recaudado 200 millones de dólares, cuando aún faltan muchos mercados
internacionales. Es decir, es el éxito que Warner Bros. estaba esperando, la
primera piedra en su planeado universo cinematográfico que tendrá a David S. Goyer como guionista
tanto de la secuela del hombre de acero, así como de la película de La Liga de la Justicia.
ADVERTENCIA: Esta reseña tiene spoilers. No
la leas si no has visto la película.
De una
u otra forma, Man of Steel es la película que
este mundo necesita, pero no es la que merece. O quizás si nos la merecemos por
tanto clamor por Super-acción. Este “MAN OF STEEL” es,
además, la película perfecta para ser odiada por aquellos que considerando al Superman de
la película de Richard Donner con Christopher Reeve como
una versión definitiva. O los creen que conocen al personaje al
revés y al derecho sólo por haber visto una película de hace 35 años (Igual
para mi es maestra, así que no lloren).
También
uno puede ser objeto de excesivos
bombardeos de aquellos talibanes que creen que el “Man of Steel” de John Byrne de los
cómics debería ser siempre la guía de todo, agarrándose a una nostalgia que
batalla a ciegas contra el hecho de que ya ni siquiera corre en la continuidad
de los cómics.
Todo
considerando que la gran gracia es que no hay un sólo Superman ni
en términos de autores, ni menos de cómo lo considera la audiencia, pero si una
base de conceptos únicos que lo hacen volar por sobre el resto.
Pero
mientras Man of Steel es al mismo tiempo la película que DC
Entertainment necesita para comenzar a imitar a Marvel Studios en la creación
de un universo de superhéroes cohesionado, y sus ejecutivos parecen miembros
del gobierno ante tanta lentitud por concretar los cambios que el pueblo pide,
esta es también la película que toda la masa estaba esperando, tras una Superman Returns cuestionada
por su falta de acción. Fácilmente batallando contra los prejuicios facilistas
de aquellos que no entienden porque este es el superhéroe más relevante de
todos, frunciendo ceños porque les carga que sea tan boy scout o bonachón al
máximo, Zack Snyder y compañía generan una interpretación
cargada de acción que desencaja mandíbulas, en donde el último hijo de
Krypton acepta ser Superman y, al mismo tiempo, aún no lo es completamente.
Y esa es la clave. Para bien y para mal.
Esta es
una película de orígenes, pero asimismo es una en donde mucho de lo que uno ya
sabe del personaje se da por entendido. Una en donde también reinventan
elementos para volver a demostrar por qué Superman es el de mayor encanto
cuando uno se da el tiempo de conocerlo. De ahí que la duda previa radicaba en
hasta qué punto serían fieles con la base del personaje, a partir de ese
objetivo que han bramado por el campeonato: querían una modernización
porque supuestamente la gente estaba aburrida de lo mismo de siempre(O, en
términos del cine, seguir la línea Donner con una interpretación de la edad de
plata).
Por eso
la gran percepción aquí era si seguiría siendo Superman este o Superman de Man
of Steel. Y en gran parte lo es. Pese a que es uno que decide aceptar una
opción dada en bandeja por Jor-El, en lo que es casi una invitación a calzarse
la capa y la “S” en el pecho, al mismo tiempo es uno que desde su infancia
siempre está salvando a otros. Pese al riesgo que representa el propio miedo
ignorante de la humanidad. Más aún, y de cara al peligro, decide someterse a la
decisión humana y ser entregado a un villano que exige su cabeza. Es quizás su
gran acto de entrega, en una película que no oculta mucho ese afán de algunos
por asimilar a Kal-el a una figura mesiánico-religiosa.
Así que
en un monton de diálogos y referencias a múltiples historias de los cómics
(desde el propio Man of Steel de Byrne al Birthright de
Mark Waid o el All Star Superman de Morrison), aquí nos
presentan una historia en dónde Krypton está agonizando a raíz de un mundo
devorado por la ciencia. Uno en donde cada individuo es creado artificialmente
con una función determinada: obrero, político, guerrero, panadero, científico,
freidor de sopaipillas, etc…
Jor-El
(Russell Crowe) antes del Apocalipsis inminente, ya que han explotado los
recursos de tal forma que el planeta implosionará, concibe junto a su
esposa Lara (Ayelet Zurer) al primer kryptoniano nacido de forma natural en
milenios. Y en medio del colapso, el general Zod (Michael Shannon) decide dar
un golpe militar siempre bajo la idea que nació con el rol de salvaguardar su
planeta. Aún cuando su visión retorcida lo lleva a pensar que sólo “los
mejores linajes” deben ser salvados. Un extraterrestre nazi y esa visión
antagónica lo eleva como uno de los puntos altos de la película.
Con el
esquema más que conocido sobre el origen del personaje, y agregando elementos
de criaturas tipo “Avatar” de
un árido mundo montañoso y agreste en el que los bebes de probeta son
cultivados al estilo “The Matrix”,
el guión a cargo de David S. Goyer (The Dark Knight Trilogy,
Jumper, Blade Trilogy) da el salto desde su llegada a la Tierra a un Clark Kent
(Henry Cavill) ya adulto que vaga por el mundo realizando proezas de forma
anónima. Uno que aún no es el Clark que todos conocemos. Así que a través de
flashbacks, dan cuenta en el primer tercio de la película de su historia junto
a los Kent y los momentos clave de su vida en esta historia cuya base fue
co-concebida por Christopher Nolan y cuya guía es una sola: ¿Cómo reaccionaría
el mundo frente a un ser como Kal-El?.
Aquello
también determina así tanto las fortalezas como las debilidades de una película
que por un lado decide para bien dar un giro importante a la relación entre
Superman y Lois Lane (Amy Adams), mientras que por el otro equilibra elementos
importantes que ha llevado a entenderse sobre este superhéroe. Parte importante
de las respuestas a la interrogante está relacionada con el Pa’ Kent que
interpreta de forma sólida Kevin Costner. Aún con toda su
sobreprotección, inclusive cuando pareciera que dice cosas que no debería
decir, encamina los mejores momentos para entender a esta versión, en donde hay
un momento que ciertamente dividirá: la muerte de Jonathan.
En Man of Steel siguen una
línea en donde las últimas palabras de Clark hacia su padre adoptivo son de
rechazo, y refregarle que no es su verdadero padre. Palabras de adolescente que
llegan justo en el peor momento: la previa de un trágico desastre natural. A
partir de ahí, y cortesía de una serie de situaciones de azar, la vida de Jonathan queda en jaque y
la única forma de seguir con vida es que su hijo lo salve, exponiendo sus
poderes ante el resto de la gente. Pero Clark acepta la decisión del propio
personaje de Kevin Costner y no lo salva. Decide no revelar sus poderes al
mundo, porque tanto la gente como el propio Clark aún no están preparados. Le
demuestra que realmente sí es su padre, que lo quiere y seguirá su consejo. Una
escena que fácilmente puede ser mal entendida, pero es cuando la película mejor
funciona en base a lo que quiere proponer. Es cuando la historia tiene más huevos
para jugársela por su propuesta.
Pero en
medio de todo eso, y el rol de una Lois Lane que está justo donde las papas
queman, el mundo conoce a Superman en el momento que lo necesita.
Y es que
cuando Clark da con las respuestas sobre su origen, encontrando de forma azar
una nave de exploración kriptoniana enterradas hace miles de años en el hielo y
que sirve como su especie de Fortaleza de la Soledad , activa una llamada de emergencia que es
detectada por los únicos sobrevivientes de la destrucción de su planeta: el
general Zod y sus secuaces que escaparon de la Zona Fantasma con la
explosión. Un grupo de los últimos remanentes de su mundo, que durante los
últimos 33 años han vagado por el universo buscando a aquellos kriptonianos que
exploraron el cosmos y encontrar con una forma de construir a un nuevo
Krypton. Pero Clark ha decidido escuchar el consejo, porque con el tiempo,
la humanidad se le unirá en el sol.
Con
todo ese esquema base, la película de ahí en más demuestra que tiene mucho más
ciencia ficción que de una propuesta clásica, generando un revoltijo de ideas
en donde hay un elemento clave “súper importante” llamado Códice y en el que está
la oportunidad de reconstruir a los niños probeta con lo que podrían volver a
reconstruir al viejo mundo que ya no existe. Pero que es el recurso con el cuál
arman toda la acción impresionante de la película, ya que de ahí en más todo se
estructura bajo la visión de un Zod que nació para salvar lo que queda de su
mundo a como de lugar. El problema es que en su último tercio no hay desarrollo
suficiente a todas las ideas que intentan plantear, porque no se dan el tiempo
para que nos importen.
Hay
hologramas que entregan diálogo expositivo hasta el cansancio, la reacción de
los militares yankies hacia Superman generan estrategias de batalla muy vanas y
sin sentido hacia la propia población, el número de kriptonianos que
sobrevivieron junto a Zod es excesivo, ya que con suerte se puede identificar a
cuatro personajes a lo largo de la película, y existen otros tantos
elementos que no cuajan completamente. Todo para sumarse a un esquema clásico
que me tiene hasta las pelotas en todas las películas: hay un arma de
destrucción masiva tecnológica que pone en riesgo a todos. Pasó en Batman Begins y The
Dark Knight Rises, pasa en Thor y tantas
otras apuestas y también pasa aquí en Man
of Steel, con un gigantesco dispositivo que permite terraformar el
planeta. Algo que le resta importancia a la propia amenaza del poder que tienen
en sus puños Zod y compañía.
Pero
todas esas cosas pasan a segundo plano con dos problemas de Man of
Steel. Durante toda la película, estuve esperando que Superman actuara como
Superman. Es decir, un personaje que es entendido como defensor de lo que es
correcto, que se opone a toda muerte innecesaria, aquí es
aparentemente indiferente a la muerte masiva de los habitantes de
Smallville y Metropolis. Más aún, nunca en medio de la pelea en el pueblo
se da el tiempo para trasladar las destructivas peleas masivas a otras zonas.
Sí, no
puede evitar tanta destrucción, pero con Superman no basta con que diga un
simple “aléjense, escóndanse”. No es suficiente.
Y es en
el clímax de la película en donde finalmente hace lo que tienen que hacer. En
medio del combate final con Zod, y tras varios minutos de destrucción en
donde los propios humanos salvan el día en Metropolis, Superman rescata
directamente a inocentes cuya vida está en riesgo. Pero para llevarlo a cabo,
concreta otro pecado: debe matar con sus propias manos. Y Superman no mata. Si
ese es el costo de tener una película con acción de desmadre, es un costo alto.
Uno que podría aceptar en las circunstancias apropiadas, pero este no es
precisamente el caso. Aún con la reacción posterior da un Henry Cavill
vendiendo el dolor del alma, por la forma en que está estructurada toda, pero
toda la acción previa, con este Superman indiferente a la masacre de los
edificios colapsados.
Con
esos problemas, es innegable que la acción de Man of Steel es
absolutamente increíble, hace que uno literalmente se cague de pura impresión
ante el dominio de acción que finalmente Zack Snyder demuestra. Sin
tonteras de slow-motion a lo 300, ni sus sellos característicos de edición.
Hay un momento en que la siniestra Faora interpretada por la alemana Antje
Traue se mueve a una velocidad tipo Flash, en la que pareciese que se
teletransporta y se despacha a tres milicos en un segundo. Ahí aplaudí. También
hay un nivel de destrucción tal, que Snyder destrona fácilmente a gente como
Michael Bay, mientras lo que logran aquí llega a un nivel de dulce para
el ojo que ni siquiera The Avengers logra igualar.
Más
aún, mientras esta película tiene momentos para desencajar mandíbulas y, pese a
que no da cuenta de factores importantes de lo que es Superman (y a uno sólo le
queda especular como he dicho que se debe a que es uno que aún no es
completamente el hombre de acero que todos conocen), también hay momentos que
transmiten emoción marcados en conjunto por una música de Hans
Zimmer que cumple a la sombra del trabajo de John Williams. La primera
vez que Superman vuela me dibujó una sonrisa, ya que en ese momento creí que un
hombre podría volar. Y quizás por eso también el propio director anda afirmando
que falta desarrollar más a este personaje inexperto, antes de siquiera pensar
en una película de La
Liga de la Justicia.
También
la película cierra de modo tal, que todo se enfila al status quo conocido con
gafas y reporteos en el Daily Planet. Sus últimas líneas de diálogo son
precisas y los sucesos de la película dejan armado el camino para que ahora que
existió este borrón y cuenta nueva, finalmente puedan dar cuenta del Superman
que Henry Cavill puede llegar a interpretar. Porque aquí el actor británico
cumple por sobre las expectativas y mejora bastante de lo que determina el
guión, a partir de una interpretación a la altura de las circunstancias.
Asimismo,
hay guiños a LexCorp y otras tantas cosas al universo de personajes, que
finalmente DC Entertainment tiene el primer eslabón de lo que quería y deja
listo para construir una serie de consecuencias que le rindan réditos para
complacer a la masa. Inclusive el nivel de destrucción podría permitir que esta
sea usada de pretexto para explicar todo lo que inevitablemente vendrá,
mientras es innegable que la decisión de quebrar cuellos marcará al personaje a
futuro.
Pero la
más importante de todas las interrogantes que deja esta película es si
finalmente lograrán madurar esta modernización. Es la película ideal para los
críticos más férreos des Superman
Returns y la que necesitaba el clamor popular por ver al hombre de
acero en despliegue como nunca antes se ha visto. Pero el personaje da para más
y con algunos agregados habrían logrado mejorar aún más lo que de todas formas
es un buen cimiento a futuro. Lo claro es que esto recién está comenzando y
habrá que seguir esperando para ver al "MAN OF TOMORROW" como tal.