LA HISTORIA DE KRYPTO
LA HISTORIA DE KRYPTO
Si tengo que contar una historia, hay que hacerlo del comienzo, pero…
Todo comenzó una mañana de junio, ventosa pero soleada.
Me levante temprano como es habitual y salí a buscar a los perros, Lola, Rocco, Molly, y Tato.
Después de hacer el recorrido paramos para descansar un poco..., nos sentamos a tomar un poco de sol en una rotonda en el pastito, todo estaba tranquilo hasta que apareció una jauría.
Del montón se separo uno, era coloradito. El se dirigía hacia nosotros sin detenerse, y por un momento creí que venia a atacarnos, pero no, el buscaba estar con nosotros.
En el momento el se acosto de panza arriba y Tato empezó a olfatearlo, y todos lo siguieron.
Todo parecía genial, pero teníamos que continuar el recorrido y nos levantamos y comenzamos a caminar y este perrito camino junto a mi. Su mirada tan dócil , tan picara me alegro la mañana.
Todo parecía genial, pero teníamos que continuar el recorrido y nos levantamos y comenzamos a caminar y este perrito camino junto a mi. Su mirada tan dócil , tan picara me alegro la mañana.
Pero ya era hora de volver, fue que cuando llegamos a una esquina cerca de mi casa, que… me pregunté, lo podré adoptar?
Fue entonces que entré a mi casa y le pregunté a mi abuela, ¿Que traigo un perrito, lo adoptamos?, ella no sabia el tamaño, y dijo SI.
Entonces tengo otro perro otra vez después de muchos años, así que entregue de vuelta los otros perros y fui inmediatamente a comprar un collar, un bebedero y una cucha.
Esa misma noche no le fue agradable dejar de estar fuera de la calle y si había perdido su estado de callejero.
Esa noche el no durmió en su cucha, durmió en el sillón que se adueño.
Pero para el sábado de esa misma semana, se escapo, quizás extrañando su antigua vida, para mi fue la noche mas dura, creí que haberlo perdido…
Pero fue una noche fría y ya temprano com las 5:30hs, miramos por la ventana y vimos un rollito que estaba acostado en la casa de enfrente (mi casa no se puede acceder directamente), entonces me levante en pijamas con el frío y lo llamé y corriendo nos reunimos otra vez.
Desde ese momento no nos separamos, el renunció a su vida callejera para ser un perro domestico.
El trajo felicidad y alegría a mi vida.
